Octavio Paz y la función poética.

 En este poema de Octavio Paz, dedicado a Román Jakobson, lingüista y crítico literario, reconocido por su estudio de las funciones del lenguaje, nos plantea una de las funciones de la lengua, la función poética. En estos versos que forman la poesía titulada “Decir, hacer”, el premio Nobel juega con las palabras, de tal manera, que van tomando tal energía que sobrepasan el hecho de que la palabra sea solo un sonido o un símbolo que representa un simple significado.



 Poesía “Decir, hacer. (Octavio Paz) 

Entre lo que veo y digo,

Entre lo que digo y callo,

Entre lo que callo y sueño,

Entre lo que sueño y olvido

La poesía.

Se desliza entre el sí y el no:

dice

lo que callo,

calla

lo que digo,

sueña

lo que olvido.

No es un decir:

es un hacer.

Es un hacer

que es un decir.

La poesía

se dice y se oye:

es real.

Y apenas digo

es real,

se disipa.

¿Así es más real?

Idea palpable,

palabra

impalpable:

la poesía

va y viene

entre lo que es

y lo que no es.

Teje reflejos

y los desteje.

La poesía

siembra ojos en las páginas

siembra palabras en los ojos.

Los ojos hablan

las palabras miran,

las miradas piensan.

Oír

los pensamientos,

ver

lo que decimos

tocar

el cuerpo

de la idea.

Los ojos

se cierran

Las palabras se abren.

.   

En el ejercicio del leer, cuando hay una mano talentosa y sensible, claro está, como en este caso, se involucra, no solo la vista y la mente, sino todo el ser, de tal manera que culmina leyendo con los ojos cerrados, como esa metáfora de ver hacia adentro. Las palabras bien empleadas, forman ese espíritu escondido en el arte. Eso que sobrepasa el decir. Ese decir que es capaz de reflejar la metafísica del ser. Con la fuerza que logra en el poema, terminan siendo las palabras las que nos ven a nosotros mismos. Nos unifica con ese sentido de ser infinito que es sentir y ser. Por que cada palabra, es una metáfora de sí misma y entonces, toma otra connotación. Decir: no solo es decir, sino que, también, es decir lo que no se puede decir, lo que es imposible transmitir sin la fuerza del sentido poético. Dice, lo que calla y que solo la poesía, con su acto poético, puede decir. Y ese deslizar entre el si y el no, del que nos habla el autor, desdobla el sentido de las palabras, cobrando otra fuerza, porque el acto poético manifiesta en sueños lo que el propio autor olvida de decir. Entonces, no solo es un simple decir, sino que tiene ya, la fuerza del acto, del hacer, cuando el autor dice, …”no es un decir: es un hacer” … 

Luego verán, que en la última metáfora refiriéndose a la poesía, comparando a esta como una semilla que se siembra y que al final, se abre como resultado de esa siembra, en una flor, que son las palabras ¿o nuestro ser? Octavio paz, nos muestra claramente su visión heterodoxa de la literatura, con una poesía que nos muestra a las palabras, naciendo y floreciendo de nuestro ser y nuestro ser, naciendo y floreciendo de las palabras. Como la literatura siendo en sí, una forma de ser, o, mejor dicho, una forma elevada del ser.    

Octavio Paz y la función poética, Julián Alejandro Rosa, Mayo, 2023


Julián Alejandro Rosa

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